El ministro de Economía, Sergio Massa, disfrutó muy poco de sus logros tras la extensa gira por Estados Unidos, donde por su “peso político” y sus contactos consiguió un fuerte apoyo del Gobierno de Joe Biden a la gestión del Poder Ejecutivo argentino, y también coronó con éxito la negociación con el FMI. Pero a horas de volver al país, el Indec dio a conocer la cifra de la inflación de agosto que llegó al 7%, un número que el tigrense estimaba que llegaría al 6% como máximo, y no a esta leve desaceleración tomando como referencia al récord mensual de 7,4% que se había registrado en julio.
Massa, en consecuencia, sigue condicionando su programa -“es vamos viendo”, afirma un renombrado economista-, ya que hasta ahora consiguió estabilidad financiera pero no mejoró la economía de bolsillo -es lo que más preocupa al Gobierno mirando el horizonte electoral- golpeada por la alta inflación.
Y ese sabor agridulce no le desaparecerá a Massa por lo menos hasta después de septiembre. Es que las proyecciones privadas determinan que el noveno mes rondará el 6% y que el IPC del año será de tres cifras. Para la medición del corriente mes impactarán las subas en alimentos y la indumentaria, más el efecto propio del cambio de estación. También incidirán los ajustes en precios regulados, como las tarifas de servicios públicos, taxis, colegios privados y expensas.
La lucha contra la inflación no le da tregua al ministro, y sigue privilegiando las reuniones con los formadores de precios en busca de una baja gradual de la inflación. Pero el 7% de agosto le marcó que no es nada fácil.
Desde Hacienda consideran que la inflación se desacelera y que bajó la expectativa de una devaluación del peso. Apuntan que tienen que sostener en el tiempo el ordenamiento fiscal para que ceda la incertidumbre y se normalice el mercado cambiario.
En lo inmediato, la positiva gestión de Massa ante el FMI dio su resultado. Ayer, Kristalina Georgieva, directora gerenta del organismo de crédito, anunció en la reunión con el presidente, Alberto Fernández, la aprobación de la segunda revisión del acuerdo por la refinanciación de la deuda que contrajo el macrismo por U$S 44.000 millones, Así, se habilita el próximo desembolso de U$S 3.900 millones para reforzar las reservas para el pago de vencimientos.
“Expresé mi reconocimiento por la forma muy seria en la que el ministro Massa y su equipo están abordando los desafíos significativos de la Argentina”, resaltó Georgieva ante la prensa. Incluso, dejó abierta la posibilidad de una nueva revisión de beneficios en 2023 del programa vigente.
Y agregó: “los indicios de la seriedad del Gobierno son justamente la estabilización que ha experimentado la economía argentina y también el avance por la reconstrucción de las reservas, así como la reconstrucción para hacer frente a la inflación, y especialmente hacer foco en el déficit y en la reducción de subsidios energéticos”.